Antes de comenzar, asegúrate de afeitar la zona a tratar (no uses cera, crema depilatoria ni pinzas).

Lava y seca bien tu piel para eliminar cualquier residuo de crema o aceite.

Este paso es esencial para que la luz IPL actúe directamente sobre el folículo y no sobre el vello superficial.

Coloca los lentes de seguridad incluidos en el kit.

Aunque el dispositivo cuenta con sensores de seguridad, proteger tu vista te permitirá realizar el tratamiento con total tranquilidad y confianza.

Conecta tu Luma y presiona el botón de encendido para elegir la intensidad ideal para tu tipo de piel.

Empieza con un nivel bajo si es tu primera vez y aumenta gradualmente conforme tu piel se acostumbre.

💡 Puedes guiarte con la tabla del manual.

Cuando el sensor detecte el contacto, presiona el botón de disparo para emitir el pulso de luz.

Puedes mantener presionado el botón para usar el modo automático, ideal para zonas grandes como piernas o brazos.

Evita pasar dos veces por la misma área en una misma sesión.

El dispositivo no disparará la luz si no está en contacto con la piel.

Después de tu sesión, aplica una crema hidratante suave o un gel de aloe vera para calmar la piel.

Evita la exposición directa al sol durante 24 horas y no uses productos irritantes en la zona tratada.

Repite tu rutina con Luma de 2 a 3 veces por semana las primeras semanas, y luego reduce la frecuencia conforme notes los resultados.